
- La Fila Maestra: El cerro Ávila nos identifica, nos protege, nos indica el Norte y cuando se incendia en verano nos UNE a todos como pocas cosas en este país, en un sentimiento de dolor colectivo. El pico más alto del Ávila es el Naiguatá con 2765mts llegar allí es un buen viaje y es un sitio que hay que conocer. En el camino pasas por la fila maestra y es espectacular por un lado tienes a Caracas, por el otro tienes la inmensidad del mar, estás sobre las nubes y la brisa marina golpea fuerte en tu rostro. Gritar allí es sentirse libre y como si volaras.
- Las salinas de la península de Araya: Es muy fácil transformarse cuando estás en un sitio que parece sencillamente otro planeta. Los distintos tonos de rosados y azules y la infinidad del horizonte.
- Roraima: Subir el Roraima es en sí misma una experiencia espiritual y de encuentro con uno mismo. Llegar al borde del Tepuy y ver la inmensidad de la Sabana y tus pies colgando a 2810mts. Indescriptible.
- Laguna Timonsitos pico Bolivar: Mientras escalas
para hacer cumbre, hay un momento en el que estás colgando de una cuerda a casi
5mil mts de altura sintiéndote vulnerable al extremo y crees que no lo lograrás pero volteas y ves
una pequeña laguna azul irreal que es tan hermosa y serena que te da la fuerza
que necesitas para culminar.
- Los Llanos. Ir al llano me genera sentimientos
encontrados, es duro sobrevivir allá, es machista, crudo y no deja entrar a
cualquiera, pero al caer la noche todo cambia, los cielos más estrellados y la
mayor cantidad de estrellas fugaces que he visto en mi vida han sido allí. Al
amanecer y ver los esteros se te conmueve la vida.
- La zona en reclamación: Aunque es en realidad un
país en el que los venezolanos necesitamos Visa para entrar y hablan inglés
pues hasta que no salga en gaceta para nosotros seguirá siendo ese territorio
que pintábamos con rayitas en el colegio y teniamos la fantasía que era un
estacionamiento gigante. Fui en verano y era como estar en la sabana africana,
todo dorado y marrón y con torres de termitas de mi tamaño. Nuestra camioneta
era a penas un puntico en esa planicie que te quita el aliento.
- Bañarse en la copa de un árbol en el amazonas.
En Invierno (época de lluvia), los ríos
del amazonas crecen tanto que cubren los árboles milenarios y uno puede bañarse
en la copa. Hacerlo con el Autana de fondo es algo surreal. La adrenalina al
máximo porque sientes que saldrá una anaconda pero a la vez entras en un estado
de meditación siendo parte de esa postal.
- Atardecer en Juan Griego: Suspiro y serenidad. Sólo eso.
- Las cuevas de Kavac: El salto Ángel merecería en
si mismo un post completo pero si además de verlo y ser parte de él vas a las
cuevas de Kavac la sensación de ser parte de un todo, de ser el resultado de
años y años de evolución, el recargarte con los minerales donde la piel y el
cabello brillarán más que con cualquier químico y donde creerás que la fuente
de la juventud realmente existe y está allí pero no es para cualquiera. Ver un
rayo de luz entrado en ese cilindro y con esa caída de agua es puro amor.
- Bucear
el Los Roques: No sabía que era posible ver tantos tonos de azul. Estar bajo
ESE mar con las tortugas marinas y toda
la fauna oyendo sólo tu respiración…
Just love <3

¿Cómo
no amar este país si me ha dado tanto?
que nota tener la oportunidad de vivir esas experiencias y gracias `por compartrir
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